En el pueblo sureño de Willowberry , había un lugar entrañable llamado Prado de los Conejitos . Una luz rosada brillaba sobre la hierba, y docenas de pequeños conejos blancos saltaban alegremente. Los lugareños creían que un espíritu del prado lo protegía, aunque nadie lo había visto jamás.
Eso cambió el día que apareció una niñita llamada Maribel Rose , vestida con un vestido rosa suave, coletas rizadas y un pequeño bolso de conejito. Los conejos corrieron hacia ella al instante, como si saludaran a una vieja amiga.
Pero esa primavera, el resplandor del prado empezó a desvanecerse y los conejos se inquietaron. El alcalde sospechó que los leñadores cercanos estaban perturbando la magia de la tierra, así que los habitantes del pueblo pidieron ayuda a Maribel Rose.
Maribel se arrodilló sobre la hierba y pegó la oreja al suelo. Podía oír el latido del prado: débil, pero esperanzador. Condujo a los conejos hacia el límite del bosque y tocó la tierra con su peluca rosa. Una suave luz rosa irrumpió, calmando la tierra.
El prado volvió a brillar y los conejos danzaron alegremente. El equipo de leñadores, atónitos por lo que vieron, prometieron proteger el lugar en lugar de dañarlo.
Desde ese día, todos supieron que Maribel Rose era la verdadera guardiana de Bunny Meadow.