En las profundidades del Mar de Coral vivía una sirenita llamada Cindy . Con suaves rizos dorados, ojos brillantes y una cola reluciente que cambiaba de color según sus emociones, Cindy era diferente a cualquier otra sirena. No tenía una voz mágica para cantar...
Ella tenía algo aún mejor: cuando sonreía, el océano brillaba y las conchas tintineaban como pequeñas campanillas.
Un día, el Mar del Coral se oscureció repentinamente. Todos temieron la llegada de un monstruo marino. Decidida a ayudar, Cindy nadó entre naufragios y altos bosques de algas hasta que descubrió un pequeño dragón marino escondido tras una roca. Estaba perdido y lloraba tan fuerte que todo el océano se oscureció.
Cindy abrazó con ternura al pequeño dragón y le dedicó su más cálida sonrisa. Al instante, el agua brilló con luz y el dragón marino dejó de llorar. Lo guió a casa, y el Mar de Coral se iluminó con más intensidad que nunca.
Desde entonces, todo el mundo lo sabía:
La sonrisa de Cindy era lo más mágico bajo el mar.
