Lulu era un ángel de las flores que vivía en un jardín lleno de flores de colores. Tenía un cabello rubio dorado que ondeaba con la brisa y ojos azules que brillaban como diamantes. A Lulu le encantaba llevar flores por toda su ropa, y su color favorito era el mismo que el cielo: azul.
Todas las mañanas, Lulu se levantaba temprano y cuidaba las flores de su jardín. Las regaba, las podaba y les hablaba, asegurándose de que estuvieran sanas y felices. Luego, pasaba el resto del día volando, repartiendo amor y alegría por doquier.
Un día, una niña llegó al jardín de Lulu y se sentó entre las flores. Lloraba porque había perdido su juguete favorito. Lulu corrió hacia ella y le preguntó qué le pasaba. La niña le contó sobre su juguete perdido, y Lulu supo exactamente qué hacer.
Voló al cielo, recogió algunas nubes y las trajo de vuelta al jardín. Usó las nubes para hacer una flor gigante, y dentro de la flor estaba el juguete de la niña. La niña estaba encantada, y Lulu se sintió feliz al saber que le había alegrado el día a alguien.
Desde ese día, Lulu continuó difundiendo amor y alegría dondequiera que iba. Lucía con orgullo su vestido azul cielo y sus diademas, sabiendo que representaban la belleza del mundo que la rodeaba. Y cada vez que veía una flor, sonreía, sabiendo que eran un recordatorio del amor que compartía con el mundo.
